
El ginkgo es un árbol muy primitivo. Sus orígenes se remontan al Mesozoico, como demuestran los fósiles hallados de esa época. La supervivencia de esta especie en la actualidad se la debemos a los monjes budistas chinos, que los plantaban alrededor de sus monasterios, con la creencia de que eran protectores ante los incendios, considerándolos árboles sagrados. Los ginkgo son árboles dioicos, lo que significa que hay árboles masculinos y árboles femeninos. Los femeninos producen un falso fruto, ya que realmente se trata de un óvulo, que de no existir en las inmediaciones un árbol masculino queda sin fecundar. Al igual que un huevo de gallina en un gallinero sin gallo. En las plantaciones de este árbol como árbol de calle, se prefieren los pies masculinos, pues los óvulos caídos al suelo fermentan produciendo un olor nauseabundo. La semilla es comestible, cruda o tostada, con sabor parecido a la castaña.
sol
El Ginkgo necesita una exposición a pleno sol o a semi-sombra. Aunque soporta bien los fríos intensos, la mejor temperatura para este árbol se situa entre 10 y 20 ºC.
riego
Los riegos se harán con normalidad, aumentándolos ligeramente en verano y disminuyéndolos en otoño e invierno.
poda
El Ginkgo biloba tolera bastante bien las podas, sólo si se desea dar forma al árbol y puede realizarse al comenzar la primavera para no frenar su crecimiento.
trasplante
El trasplante se recomienda realizar en otoño o en primavera por lo menos cada dos años.
Abondado
El abonado con abono orgánico de lenta liberación puede ser todo el año con NPK 545..